Ramón Frías

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8 de noviembre de 2009

3:07 p. m.

Apoyo segundo parcial de Filosofía



FILOSOFIA SOCRATICA

Tal vez la mayor personalidad filosófica en la historia haya sido Sócrates. Nacido alrededor del año 470 a.C., practicó un diálogo continuo con sus alumnos hasta que fue sentenciado a muerte, condena que cumplió bebiendo cicuta en el 399 a.C. A diferencia de los sofistas, Sócrates se negó a aceptar dinero por sus enseñanzas, afirmando que no tenía ninguna certidumbre que ofrecer excepto la conciencia de la necesidad de más conocimiento. Sócrates no dejó ningún escrito, pero sus enseñanzas fueron preservadas para las generaciones posteriores en los diálogos de uno de sus más famosos discípulos, Platón, y también aparecen en los escritos de Jenofonte. Sócrates enseñó que cada persona tiene pleno conocimiento de la verdad última dentro de su alma y que sólo necesita llevarlo a la reflexión consciente para darse cuenta. Por ejemplo, en Menón (un diálogo platónico) Sócrates plantea a través de una ficción la forma en que un esclavo ignorante puede llegar a la formulación del teorema de Pitágoras, demostrando así que el conocimiento está innato en el alma, en vez de ser implícito o indisociable de la experiencia. Sócrates creía que el deber del filósofo era provocar que la gente pensara por sí misma, en vez de enseñarle algo que no supiera. Por eso se decía partero o alumbrador de ideas. Su contribución a la historia de la filosofía no fue una doctrina sistemática, sino un método de reflexión, la mayéutica, y un tipo de existencia. Hizo hincapié en la necesidad de un examen analítico de las creencias de cada uno, de definiciones claras de los conceptos básicos, y de un planteamiento racional y crítico de los problemas éticos.


FILOSOFIA PLATONICA


Platón fue un pensador más sistemático que Sócrates, pero sus escritos, en especial los primeros diálogos, pueden ser considerados como una continuación y elaboración de las ideas socráticas. Al igual que Sócrates, Platón consideró la ética como la rama más elevada del saber, y subrayó la base intelectual de la virtud al identificar virtud con sabiduría. Esta idea llevó a la llamada “paradoja socrática” por la que “ningún hombre hace el mal por propia voluntad”, como dice Sócrates en Protágoras. Más tarde, Aristóteles advertiría que una conclusión así no da lugar a la responsabilidad moral. Platón exploró también los problemas fundamentales de la ciencia natural, la teoría política, la metafísica, la teología y la epistemología, y enriqueció conceptos tales como el conocimiento (en Teeteto), el origen y esencia del lenguaje (en Crátilo), la justicia (en La República) o la belleza (en El Banquete), entre otros muchos, que posteriormente se erigieron en fundamentos permanentes del pensamiento occidental.

Para Platón, la verdad, la belleza y la justicia coinciden en la idea del bien.

La base de la filosofía de Platón es su teoría de las ideas, o doctrina de las formas. La teoría de las ideas (que queda expresada en muchos de sus diálogos, sobre todo en La República y Parménides) divide la existencia en dos esferas o mundos, una “esfera inteligible” de ideas o formas perfectas, eternas e indivisibles, el Topos Uranos, y una “esfera sensible”, de objetos concretos y conocidos. Los árboles, las piedras, los cuerpos humanos y en general los objetos que pueden ser conocidos a través de los sentidos son para Platón irreales, sombríos y copias imperfectas de las ideas. Llegó a esta, en apariencia, extraña conclusión por las elevadas reglas que adjudicó al conocimiento, por ejemplo, que todos los objetos auténticos de conocimiento fueran descritos sin contradicciones. Como todos los objetos percibidos por los sentidos experimentan cambios, una afirmación hecha respecto a esos objetos en un instante no será válida en un momento posterior. Según Platón, esos objetos no son del todo reales. Las creencias que se derivan de la experiencia de esos objetos son, por lo tanto, imprecisas e inconstantes, mientras que los principios de las matemáticas y la filosofía —elaborados a partir de la meditación interior sobre las ideas— constituyen el único saber digno de ese nombre. En La República, Platón expuso su famoso mito de la caverna, en el cual muestra cómo la humanidad, prisionera en una caverna, confunde las sombras proyectadas en una roca con la realidad y en el que considera al filósofo como la persona que penetra en el Universo fuera de la caverna de la ignorancia y alcanza una visión de la verdadera realidad, el mundo de las ideas. El concepto de Platón del bien absoluto —que es la idea más elevada y engloba a todas las demás— ha sido una fuente principal de las doctrinas religiosas panteísta y mística en la cultura occidental.

La teoría de las ideas de Platón y su visión racionalista del conocimiento son la base de su idealismo ético y social. El mundo de las ideas eternas facilita las normas o ideales según los cuales todos los objetos y acciones han de someterse al juicio del hombre. La persona filosófica, que se abstiene de los placeres sensuales y busca en su lugar el conocimiento de los principios abstractos, encuentra en esos ideales los modos para regir la conducta personal e intervenir en las instituciones sociales. La virtud personal consiste en una armónica relación entre las facultades del alma. La justicia social consiste entonces en la armonía entre las distintas clases de la sociedad. El estado ideal de una mente sana en un cuerpo sano requiere que el intelecto controle los deseos y las pasiones, así como el estado ideal de la sociedad requiere que los individuos más sabios controlen a las masas buscadoras de placer. Para Platón, la verdad, la belleza y la justicia coinciden en la idea del bien. Por lo tanto, el arte que expresa los valores morales es el mejor. En su programa social, Platón apoyó la censura en el arte, por estimarla como un instrumento para la educación moral de la juventud.

FILOSOFIA ARISTOTELICA

Aristóteles, que empezó a estudiar en la Academia de Platón con 17 años, en el 367 a.C., es considerado el más ilustre discípulo de Platón y se sitúa junto con su maestro entre los más profundos e influyentes pensadores de la historia de Occidente. Después de asistir durante varios años a la Academia, se convirtió en el preceptor de Alejandro Magno. Más tarde regresó a Atenas para fundar el Liceo, una escuela que, al igual que la Academia de Platón, fue durante siglos uno de los grandes núcleos de enseñanza en Grecia. En sus conferencias, Aristóteles definió los conceptos y principios básicos de muchas de las ciencias teóricas, como la lógica, la biología, la física y la psicología. Al establecer los rudimentos de la lógica como ciencia, desarrolló la teoría de la inferencia deductiva, representada por el silogismo (proposición deductiva que utiliza dos premisas y una conclusión), y un conjunto de reglas para fundamentar lo que habría de ser el método científico.

Para Aristóteles, cada cosa real es una mezcla de potencia y acto.

En su Metafísica, Aristóteles discutió la separación que hizo Platón de idea y materia, y afirmó que las ideas o esencias están contenidas dentro de los objetos mismos que las ejemplifican. Para Aristóteles, cada cosa real es una mezcla de potencia y acto; en otras palabras, cada cosa es una combinación de aquello que puede ser (pero que todavía no es) y de aquello que ya es (también distinguido como materia y forma), porque todas las cosas cambian y se convierten en otra cosa diferente de lo que son, excepto los intelectos activos humanos y divinos, que son formas puras.

Para Aristóteles, la naturaleza es un sistema orgánico de cosas cuyas manifestaciones comunes hacen posible ordenarlas en clases de especies y géneros; cada especie tiene una forma, propósito y modo de desarrollo en cuyos términos se puede expresar. El fin de la ciencia teórica es definir las actitudes, propósitos y modos esenciales de desarrollo de todas las especies y disponerlos en su orden natural de acuerdo con sus complejidades según su forma, siendo los principales niveles el inanimado, el vegetativo, el animal y el racional. El alma, para Aristóteles, es la forma o realidad del cuerpo, y los humanos, cuyo espíritu racional constituye una forma más elevada que la de las demás especies terrenales, la más elevada dentro de las perecederas. Los cuerpos celestes, compuestos de una sustancia imperecedera o éter, y movidos en un perfecto movimiento circular por Dios, son todavía más altos en el orden de la naturaleza. Esta clasificación jerárquica de la naturaleza fue adoptada por muchos teólogos cristianos, judíos y musulmanes en la edad media como una visión de la naturaleza.

La filosofía política y ética (ésta última desarrollada en Ética a Nicómaco) de Aristóteles surgió también de un examen crítico de los enunciados platónicos. Las normas de conducta personal y social, según Aristóteles, pertenecen al estudio científico de las tendencias naturales de los individuos y las sociedades en vez de contemplarse en la esfera celeste de las ideas puras. Menos insistente que Platón en una conformidad rigurosa respecto a los principios absolutos, Aristóteles consideró las reglas éticas como guías prácticas para alcanzar una vida feliz y plena. El énfasis que puso en la felicidad, como el cumplimiento de las capacidades naturales, expresó la actitud hacia la vida que mantuvieron los griegos cultos de su tiempo. En teoría política adoptó una posición más realista que Platón. Se mostró conforme con el modelo de una monarquía gobernada por un rey sabio que llegaría a representar la estructura política ideal, pero reconocía asimismo que las sociedades difieren en sus necesidades y tradiciones, y creía que una democracia limitada conforma y ordena el mejor compromiso concebible. En su teoría del conocimiento, Aristóteles rechazó la doctrina platónica por la que el saber es innato e insistió en que sólo puede adquirirse mediante la generalización desde la experiencia. Interpretó el arte como una vía al servicio del placer y de la ilustración intelectual en lugar de ser un instrumento de educación moral. Su análisis de la tragedia griega en Poética es considerado el hito fundacional de la crítica literaria

FILOSOSIA MEDIEVAL

Filosofía medieval, conjunto de sistemas, doctrinas y teorías que, en el ámbito de la filosofía, fueron formuladas durante la edad media.

Es difícil definir el concepto “filosofía medieval”. En primer lugar, el término “medieval” es en sí mismo vago a efectos filosóficos. Una convención aceptada generalmente engloba bajo este epígrafe el periodo comprendido entre Boecio (siglo V) y Guillermo de Ockham (siglo XIV). Es decir, más de 800 años de la historia del mundo occidental. Esto último, a su vez, aparta de nuestro campo de estudio casi todo el pensamiento medieval ajeno a Europa o al mundo islámico.

En segundo lugar, el término “filosofía” se aplicaba en la edad media a un amplio abanico de saberes, desde la astronomía a la teología, pues se usaba como sinónimo de “sabiduría” o “conocimiento”. Por tanto, el término “filosofía” se utiliza aquí en su sentido moderno, para referirse a la investigación rigurosa de cualquier asunto al nivel más abstracto y general y no a sistemas de pensamiento (independientemente de su complejidad o sofisticación) consistentes en opiniones sobre la naturaleza de las cosas o reglas acerca de cómo debería vivir el ser humano.

Las cuatro fuentes principales de la filosofía medieval fueron la filosofía clásica y las tres religiones más importantes de la época: el cristianismo, el judaísmo y el islam. Pese a que el neoplatonismo ejerció alguna influencia, especialmente sobre algunos pensadores islámicos primitivos, Platón fue una figura mucho menos importante que Aristóteles. Aunque al principio de este periodo la mayoría de la obra de Aristóteles se había perdido en Europa, buena parte de ella fue descubierta a partir del siglo XII por los musulmanes, que habían entrado en contacto con la filosofía griega en el curso de la expansión del islam.

La obra filosófica de los escritores judíos que vivían en países musulmanes y escribían fundamentalmente en árabe (entre ellos Maimónides, Moisés Nahmánides, Yehuda ha-Leví y Solomon ben Yehuda Ibn Gabirol), y la de los filósofos musulmanes (como Averroes, Avicena, Alfarabí y Al-Kindi) sufrió una acerba réplica teológica debido a los conflictos existentes entre las diversas creencias religiosas y las nuevas especulaciones metafísicas. Así pues, sólo la tradición filosófica cristiana sobrevivió hasta el final del periodo medieval, en parte debido a que los pensadores cristianos se mostraron menos atrevidos a la hora de afrontar los conflictos entre razón y religión que sus colegas judíos y musulmanes. Algunos de los filósofos cristianos más importantes, aparte de los mencionados y por mencionar, fueron Pedro Abelardo, san Anselmo, Juan Escoto Eriúgena y Juan Duns Escoto.

El propósito de la filosofía medieval no era construir grandes sistemas, ni desarrollar visiones del mundo (al menos en este punto guarda cierta similitud con la filosofía del siglo XX). El filósofo medieval ya tenía una visión del mundo: la religiosa. De hecho, el tema dominante de la época (tanto en los autores cristianos, como en los musulmanes y judíos) fue el intento de conciliar aquélla con las ideas filosóficas clásicas. Durante este proceso emergió una tradición filosófica clara y distinta, a cuya aparición coadyuvó la fundación de las universidades de Bolonia, París y Oxford. En el contexto cristiano, esta tradición filosófica se conoce por el nombre de escolasticismo o escolástica, la filosofía de escuelas y escolares.

Buena parte de las obras del periodo surgieron a partir del estudio de las obras de Aristóteles y de los distintos intentos para aplicar su pensamiento a la teología (ejemplos paradigmáticos de ello fueron san Buenaventura y santo Tomás de Aquino, autor de una de los textos filosóficos medievales más importantes: Summa Theologiae, 1265-1273). No se ponía excesivo énfasis en la originalidad, pero sí existió una cierta tendencia progresiva hacia la elaboración de un pensamiento caracterizado por un mayor grado especulativo. Algunos temas de importancia, también para escuelas posteriores, fueron el debate entre realismo y nominalismo, la relación entre fe y razón, y el desarrollo de un léxico técnico filosófico a partir del cual poder asentar la especulación lógica y metafísica.

El relativamente lento desarrollo de la filosofía medieval hizo que ésta se viera finalmente superada, a partir del siglo XIV, por el avance más acelerado de las ciencias físicas y políticas. En filosofía, el renacimiento se caracterizó por los trabajos de Francis Bacon, Nicolás de Cusa y Nicolás Maquiavelo, y por un desplazamiento del interés medieval por el aristotelismo hacia la recuperación del platonismo. No obstante, la filosofía hizo escasos progresos durante el periodo renacentista, que normalmente es considerado como un interregno entre la filosofía medieval y la filosofía moderna. El comienzo de esta última suele ser delimitado a partir de la obra de René Descartes, en parte basada en el rechazo de buena parte del bagaje escolástico.

28 de octubre de 2009

7:45 a. m.

Algunas Notas sobre Hallowenn


Saludos mis amigos!!!

Con relación a las festividades que tienen los americanos y nuestros países que han copiado y se "guillan" de "gringuitos", les dejo un especial realizado por el sitio Encuentra.com, portal de la Iglesia Católica Mexicana. Nos puede dar luces. Clic Aquí o en el título

Además pueden consultar este artículo tomado de Wikipedia.
http://es.wikipedia.org/wiki/Halloween

26 de octubre de 2009

8:47 p. m.

La Filosofía Medieval



La Filosofía Medieval

Nombre dado por la Iglesia católica a los autores que establecieron la doctrina cristiana antes del siglo VIII. Los escritos de los Padres, o literatura Patrística, sintetizaron la doctrina cristiana tal y como se encuentra en la Biblia, especialmente en el Evangelio, los escritos de los Padres Apostólicos, las máximas eclesiásticas y las decisiones de los concilios de la Iglesia. Facilitaron un conjunto doctrinal articulado de la enseñanza cristiana para su transmisión por todos los rincones del Imperio romano.

Hay que tomar en cuenta que al principio la Iglesia no quería saber nada de la filosofía, ya que estaban bajo la impresión de la nueva vivencia de su fe. Gracias a San Agustín, se puso un sí positivo a la filosofía. Nosotros queremos dice San Agustín, hablar no solo con la autoridad de las sagradas escrituras, sino también basados en la universal razón humana (Ratio: relación entre dos cantidades). Si los filósofos han dicho algo que exacto ¿por qué no lo hemos de aceptar?, al fin de cuentas puede incluso servir para razonar la fe y para comprenderla mejor.

En el siglo IV, la Patrística alcanza su plena madurez. Es el momento en que los herejías han alcanzado su mayor agudeza y el gran movimiento maniqueo, que se extiende de oriente a occidente, amenazan a la Iglesia. Por otra parte el pensamiento cristiano ha adquirido profundidad y claridad, y al mismo tiempo vigencia social en el Imperio Romano. El mundo antiguo esta en su última etapa. Los bárbaros están llamando desde hace tiempo a todas las puestas del Imperio; a lo largo de sus fronteras se hace sentir la presencia de los pueblos germánicos, que se van infiltrando lentamente, antes de realizar la gran irrupción del siglo V. Y sobre todo el paganismo ha dejado de existir; la cultura romana se agota en el comentario y sigue nutriéndose, al cabo de los siglos de una filosofía la griega que no es capaz de renovar. En este momento aparece San Agustín, la plenitud de la Patrística, que resume en su personalidad inmensa el mundo antiguo, al que todavía pertenece, y la época moderna, que anuncia, y cuyo punto de arranque es él mismo. En la obra agustiniana se cifra este paso decisivo de un mundo a otro.

San Agustín (354 - 430)

Es una de las figuras más emblemáticas de su tiempo, del cristianismo y de la filosofía. Su personalidad tan original y abundante deja una huella profunda en todas las cosas donde pone su mano. La filosofía y la teología medievales, es decir, lo que se ha llamado la Escolástica, toda la dogmática cristiana, disciplinas enteras como la filosofía del espíritu y la filosofía de la historia, ostentan la marca inconfundible que les imprimió. Más aun: el espíritu cristiano y el de la modernidad están influidos decisivamente por San Agustín; y tanto la Reforma como la Contrarreforma han recurrido de un modo especial a las fuentes agustinianas.

a. Verdad

b. Dios

Tesis filosóficas de San Agustín: c. Creación.

d. Alma.

e. El Bien.

f. La Ciudad de Dios.

Verdad: en encendidas controversias con los escépticos hizo triunfar San Agustín la posibilidad de conocer la verdad. Los escépticos dicen "no existe la verdad; de todo se puede dudar"; a lo que San Agustín replica "se podrá dudar todo lo que se quiere; de lo que no se puede dudar es de la misma duda". Existe pues la verdad con lo cual queda refutado el escepticismo. San Agustín busca el prototipo de la verdad en las verdades matemáticas, cuando dice, por ejemplo, que la proposición 7+3=10, es una proposición de vigencia universal para cualquiera que tenga razón. Aquí donde se ve que 7+3 tiene que ser igual a 10, halla San Agustín lo que también en otros casos debe ser verdad para todo espíritu racional, a saber, las reglas, ideas y normas conforme a las cuales registramos y leemos lo sensible y al mismo tiempo lo estimamos y rectificamos. Estas reglas son algo apriorístico, en lo cual el hombre, frente al mundo y su experiencia, se demuestra superior, libre y autónomo.

Dios: el mismo San Agustín que busca la verdad en el interior del hombre, dice a la vez con no menor énfasis: Dios es la verdad. San Agustín se eleva de lo verdadero singular a la verdad una gracias a la que todo lo verdadero es verdadero para tener participación en ella. Considera esta ascensión como prueba de que existe Dios y el mismo tiempo de lo que Dios mismo es: el todo de lo verdadero, el ser bueno de todo lo bueno, el ser de todo ser. Así Dios es todo, pero a la vez no es nada de todo, pues sobre puja a todo, ninguna categoría se le puede aplicar.

Creación: este concepto no es filosófico sino teológico. Por tanto, cuando San Agustín trata de pensarlo, se le ofrecen inmediatamente dificultades filosóficas. En este caso, habría que admitir también en Dios lo mutable. Por otra parte, la creación proviene de un acto libre de la voluntad de Dios, y no es por tanto, una procesión necesaria, como con frecuencia sé repitió contra la teoría de la emanación. San Agustín deja por fin la cuestión en suspenso. Ve que no se puede resolver con nuestros conceptos espaciales y temporales.

Alma: lo que San Agustín escribe sobre el alma, su fina intuición, su arte de ver y dominar las cosas, su penetrante análisis y otras diversas cualidades lo revelan como sicólogo de primer orden. El alma tenía para él especial interés. "A Dios y al alma deseo conocer". El alma tiene un efecto el primado frente al cuerpo. Cierto que San Agustín no es ya pesimista acerca del cuerpo: el espíritu del cristianismo y su doctrina de la creación no lo permiten. No obstante, para San Agustín el hombre es propiamente el alma. Y así, seguirá pensándose, aun después de que en la alta edad media prospere la formula aristotélica de la unidad del cuerpo y el alma.

El Bien: cuando San Agustín habla en lenguaje religioso, el bien no es para él otra cosa más que la voluntad de Dios. Pero cuando trata de descubrir los fundamentos más profundos, dice: "El bien se da con la ley eterna". Son las ideas eternas en la mente de Dios que, como para los platónicos, también aquí constituyen el fundamento de conocer, del ser y del bien. Son un orden eterno. No solo el hombre es bueno, también los seres son buenos y el conocimiento es verdadero, con tal que se orienten conforme a este orden eterno.

La Ciudad de Dios: siempre tendrá lugar en la historia del mundo la lucha entre la luz y las tinieblas, entre lo eterno y lo temporal, entre lo supra sensible y lo sensible, entre lo devino y lo antidivino. En su gran obra la Ciudad de Dios San Agustín, muestra cómo los poderes del bien tienen que luchar constantemente con los poderes del mal. Su sentido definitivo es el triunfo del bien sobre el mal.

El Escolasticismo.

Movimiento filosófico y teológico que intentó utilizar la razón natural humana, en particular la filosofía y la ciencia de Aristóteles, para comprender el contenido sobrenatural de la revelación cristiana. Principal movimiento en las escuelas y universidades medievales de Europa, desde mediados del siglo XI hasta mediados del siglo XV, su ideal último fue integrar en un sistema ordenado tanto el saber natural de Grecia y Roma como el saber religioso del cristianismo. El término escolástica también se utiliza en un sentido más amplio para expresar el espíritu y métodos característicos de ese momento de la historia de la filosofía o cualquier otro espíritu o actitud similar hacia el saber encontrados en otras épocas. El término escolástica, que en su origen designaba a los maestros de las escuelas monásticas o catedralicias medievales, de las que surgieron las universidades, acabó por aplicarse a cualquiera que enseñara filosofía o teología en dichas escuelas o universidades.

Características Principales.

Los pensadores escolásticos sostuvieron una amplia variedad de ideas tanto en filosofía como en teología. Lo que da unidad a todo el movimiento escolástico son las metas comunes, las actitudes y los métodos aceptados de un modo general por todos sus miembros. La principal preocupación de los escolásticos no fue conocer nuevos hechos sino integrar el conocimiento ya adquirido de forma separada por el razonamiento griego y la revelación cristiana. Este interés es una de las diferencias más características entre la escolástica y el pensamiento moderno desde el renacimiento.

El objetivo esencial de los escolásticos determinó algunas actitudes comunes, de las que la más importante fue su convicción de la armonía fundamental entre razón y revelación. Los escolásticos afirmaban que el mismo Dios era la fuente de ambos tipos de conocimiento y la verdad era uno de Sus principales atributos. No podía contradecirse a Sí mismo en estos dos caminos de expresión. Cualquier oposición aparente entre revelación y razón podía deberse o a un uso incorrecto de la razón o a una errónea interpretación de las palabras de la revelación. Como los escolásticos creían que la revelación era la enseñanza directa de Dios, ésta tenía para ellos un mayor grado de verdad y certeza que la razón natural. En los conflictos entre fe religiosa y razonamiento filosófico, la fe era siempre el árbitro supremo, la decisión de los teólogos prevalecía sobre la de los filósofos. Después de principios del siglo XIII, el pensamiento escolástico puso mayor énfasis en la independencia de la filosofía en su campo propio. A pesar de todo, durante el periodo escolástico la filosofía estuvo al servicio de la teología, no sólo porque la verdad de la filosofía estaba subordinada a la de la teología, sino también porque los teólogos utilizaban la filosofía para comprender y explicar la revelación.

Esta postura de la escolástica chocó con la llamada teoría de la doble verdad del filósofo y físico hispano-árabe Averroes. Su teoría mantenía que la verdad era accesible tanto a la teología como a la filosofía islámica pero que tan sólo la filosofía podía alcanzarla en su totalidad. Por lo tanto, las llamadas verdades de la teología servían, para la gente común, de expresiones imaginativas imperfectas de la verdad auténtica, sólo accesible por la filosofía. Averroes sostenía que la verdad filosófica podía incluso contradecir, al menos de una forma verbal, las enseñanzas de la teología islámica.

Como resultado de su creencia en la armonía entre fe y razón, los escolásticos intentaron determinar el ámbito preciso y las competencias de cada una de estas facultades. Muchos de los primeros escolásticos, como el eclesiástico y filósofo italiano san Anselmo, no lo consiguieron y estuvieron convencidos de que la razón podía probar algunas doctrinas procedentes de la revelación divina. Más tarde, en el momento de esplendor de la escolástica, el teólogo y filósofo italiano santo Tomás de Aquino estableció un equilibrio entre razón y revelación. Sin embargo, los escolásticos posteriores a santo Tomás, empezando por el teólogo y filósofo escocés Duns Escoto, limitaron cada vez más el campo de las verdades capaces de ser probadas a través de la razón e insistieron en que muchas doctrinas anteriores que se pensaba habían sido probadas por la filosofía tenían que ser aceptadas sobre la base única de la fe. Una de las razones de esta limitación fue que los escolásticos aplicaron los requisitos para la demostración científica, recogidos al principio en el Organon de Aristóteles, de una manera mucho más rigurosa que lo había hecho cualquiera de los filósofos anteriores. Esos requisitos eran tan estrictos que el propio Aristóteles rara vez fue capaz de aplicarlos en detalle más allá del campo de las matemáticas. Esta tendencia desembocó de forma teórica en la pérdida de confianza en la razón natural humana y en la filosofía, como quedó caracterizada la primera época del renacimiento, y así lo asumieron los primeros reformadores religiosos protestantes, como Martín Lutero.

Otra actitud común entre los escolásticos fue su sometimiento a las llamadas autoridades, tanto en filosofía como en teología. Esas autoridades eran los grandes maestros del pensamiento de Grecia y Roma y los primeros Padres de la Iglesia. Los escolásticos medievales se impusieron a sí mismos pensar y escribir mediante el estudio único e intensivo de los autores clásicos, a cuya cultura y saber atribuían certezas inmutables. Tras alcanzar su plena madurez de pensamiento y producir los primeros trabajos originales de filosofía, siguieron citando a las autoridades para dar peso a sus propias opiniones, aunque a estas últimas llegaban en muchos casos de manera independiente. Críticas posteriores concluyeron de esta práctica que los escolásticos eran meros compiladores o repetidores de sus maestros. En realidad, los escolásticos maduros, como santo Tomás de Aquino o Duns Escoto, fueron muy flexibles e independientes en su utilización de los textos de los clásicos; a menudo con el fin de armonizar los textos con sus propias posiciones, ofrecieron interpretaciones que eran difíciles de conciliar con las intenciones y motivos inspiradores en los clásicos. El recurso a la cita de los clásicos fue, en muchos casos, poco más que un ornamento estilístico para empezar o finalizar la exposición de las propias opiniones e intentaba demostrar que las ideas del exegeta eran continuidad del pasado y no simples novedades. Novedad y originalidad de pensamiento no eran perseguidos de forma deliberada por ninguno de los escolásticos sino más bien minimizadas lo más posible.

Los escolásticos consideraron a Aristóteles la máxima autoridad filosófica, llamándole de modo habitual "el filósofo". El primer prelado y teólogo cristiano san Agustín fue su principal autoridad en teología, tan sólo subordinado a la Biblia y a los concilios oficiales de la Iglesia. Los escolásticos se adhirieron con mayor intensidad y sin ninguna crítica a las doctrinas emitidas por la jerarquía eclesial al admitir las opiniones de Aristóteles en materia de ciencias empíricas, como la física, la astronomía y la biología. Su aceptación sin crítica debilitó a la escolástica y fue una de las principales razones de su desdeñoso rechazo por parte de los investigadores y sabios del renacimiento e incluso de mucho tiempo después.

Principales Filósofos Escolásticos.

Entre los escolásticos más destacados de los siglos XI y XII se encuentran san Anselmo; el filósofo, teólogo y profesor de lógica Pedro Abelardo y el filósofo y clérigo Roscelino, que fundó la escuela de filosofía conocida como nominalismo. Entre los pensadores judíos del mismo periodo, el rabino, filósofo y físico Maimónides intentó armonizar la filosofía aristotélica con la revelación divina como se entiende en el judaísmo, en un espíritu similar al de los escolásticos cristianos. Los escolásticos de la llamada edad de oro del siglo XIII incluyen a santo Tomás de Aquino y al filósofo alemán san Alberto Magno, ambos pertenecientes a la orden de los dominicos; al monje y filósofo inglés Roger Bacon, al prelado y teólogo italiano san Buenaventura, y a Duns Escoto, todos pertenecientes a la orden de los franciscanos y al sacerdote seglar belga del siglo XIII Henry de Ghent. El nominalismo se convirtió en la escuela filosófica dominante del siglo XIV, cuando la escolástica empezó a declinar. El nominalista más importante fue el filósofo inglés Guillermo de Ockham, un gran lógico que atacó todos los sistemas filosóficos de los escolásticos precedentes para mantener en cambio que la razón humana y la filosofía natural tenían un campo de acción mucho más limitado del que sus antecesores habían establecido.

Si bien es cierto que estos autores representan a la filosofía medieval, ahora veamos de una forma más detallada uno a uno a los más importantes de estos en cuanto a la Escolástica:

Averroes (1126-1198).

Filósofo árabe musulmán, físico, jurista maliki y teólogo ashari, nació en Córdoba, España. Su padre, un juez de Córdoba, le enseñó jurisprudencia musulmana. En su ciudad natal también estudió teología, filosofía occidental y matemáticas con el filósofo árabe Ibn Tufayl, y medicina con el médico árabe Avenzoar. Averroes fue designado juez en Sevilla en 1169 y en Córdoba en 1171; en 1182 se convirtió en el médico de Abu Yaqub Yusuf, el califa almohade de Marruecos y de la España musulmana. La idea de Averroes de que la razón prima sobre la religión le llevó al exilio en 1195 por orden de Abu Yusuf Yaqub al-Mansur; fue restituido poco antes de su muerte.

Averroes mantenía que las verdades metafísicas pueden expresarse por dos caminos: a través de la filosofía (según pensaba el griego clásico Aristóteles y los neoplatónicos de la antigüedad tardía) y a través de la religión (como se refleja en la idea simplificada y alegórica de los libros de la revelación). Aunque en realidad Averroes no propuso la existencia de dos tipos de verdades, filosófica y religiosa, sus ideas fueron interpretadas por los pensadores cristianos, que las clasificaron de "teoría de la doble verdad". Rechazó el concepto de la creación del mundo en el tiempo: mantenía que el mundo no tiene principio. Dios es el "primer motor", la fuerza propulsora de todo movimiento, que transforma lo potencial en lo real. El alma individual humana emana del alma universal unificada. Los amplios comentarios de Averroes sobre la obras de Aristóteles fueron traducidos al latín y al hebreo y tuvo gran influencia tanto en la escolástica y la filosofía cristiana (en la Europa medieval) como en los filósofos judíos de la edad media. Su principal obra original fue Tahafut al-Tahafut (árabe, "La destrucción de la destrucción"), donde rebate una obra del teólogo islámico Algazel sobre la filosofía. Es también autor de obras sobre medicina, astronomía, derecho y gramática.

Santo Tomás de Aquino (1225-1274).

A veces llamado doctor angélico y el príncipe de los escolásticos, filósofo y teólogo italiano, cuyas obras lo han convertido en la figura más importante de la filosofía escolástica y uno de los teólogos sobresalientes del catolicismo.

Nació en una familia noble en Roccasecca (cerca de Aquino, en Italia) y estudió en el monasterio benedictino de monte Cassino y en la Universidad de Nápoles. Ingresó en la orden de los dominicos todavía sin graduarse en 1243, el año de la muerte de su padre. Su madre, que se oponía a la entrada de Tomás en una orden mendicante, le confinó en el castillo familiar durante más de un año en un vano intento de hacerle abandonar el camino que había elegido. Le liberó en 1245, y entonces Tomás viajó a París para completar su formación. Estudió con el filósofo escolástico alemán Alberto Magno, siguiéndole a Colonia en 1248. Porque Tomás era de poderosa constitución física y taciturno, sus compañeros novicios le llamaban buey mudo, pero Alberto Magno había predicho que "este buey un día llenará el mundo con sus bramidos".

Tomás de Aquino fue ordenado sacerdote en 1250, y empezó a impartir clases en la Universidad de París en 1252. Sus primeros escritos, en particular sumarios y explicaciones de sus clases, aparecieron dos años más tarde. Su primera obra importante fue Scripta super libros Sententiarum (c. 1256), que consiste en comentarios sobre una obra influyente relacionada con los sacramentos de la Iglesia, conocida como el Sententiarum libri quatuor, del teólogo italiano Pedro Lombardo. En 1256 a Tomás de Aquino se le concedió un doctorado en teología y fue nombrado profesor de filosofía en la Universidad de París. El papa Alejandro IV, que ocupó la silla pontificia desde 1254 hasta 1261, le llamó a Roma en 1259, donde sirvió como consejero y profesor en la curia papal. Regresó a París en 1268, y en seguida llegó a implicarse en una controversia con el filósofo francés Siger de Brabant y otros seguidores del filósofo islámico Averroes.

Estudio de Aristóteles y los averroístas para comprender la crucial importancia de esta polémica en la evolución del pensamiento de Occidente, es necesario considerar el contexto en que se produjo. Antes de Tomás de Aquino, el pensamiento occidental había estado dominado por la filosofía de san Agustín, el gran Padre y Doctor de la Iglesia occidental durante los siglos IV y V, quien consideraba que en la búsqueda de la verdad se debía confiar en la experiencia de los sentidos. A principios del siglo XIII las principales obras de Aristóteles estuvieron disponibles en una traducción latina de la escuela de traductores de Toledo, acompañadas por los comentarios de Averroes y otros eruditos islámicos. El vigor, la claridad y la autoridad de las enseñanzas de Aristóteles devolvieron la confianza en el conocimiento empírico, lo que originó la formación de una escuela de filósofos conocidos como averroístas. Bajo el liderazgo de Siger de Brabant, los averroístas afirmaban que la filosofía era independiente de la revelación. Esta postura amenazaba la integridad y supremacía de la doctrina católica, apostólica romana y llenó de preocupación a los pensadores ortodoxos. Ignorar a Aristóteles, tal como lo hacían los averroístas, era imposible, y condenar sus enseñanzas era inútil. Tenía que ser tenido en cuenta. San Alberto Magno y otros eruditos habían intentado hacer frente a los averroístas, pero con poco éxito. Santo Tomás triunfó con brillantez.

Reconciliando el énfasis agustino sobre el principio humano espiritual con la afirmación averroísta de la autonomía del conocimiento derivado de los sentidos, Tomás de Aquino insistía que las verdades de la fe y las propias de la experiencia sensible, así como las presentadas por Aristóteles, son compatibles y complementarias. Algunas verdades, como el misterio de la encarnación, pueden ser conocidas sólo a través de la revelación, y otras, como la composición de las cosas materiales, sólo a través de la experiencia; aun otras, como la existencia de Dios, son conocidas a través de ambas por igual. Así, la fe guía al hombre hacia su fin último, Dios; supera a la razón, pero no la anula. Todo conocimiento, mantenía, tiene su origen en la sensación, pero los datos sensibles pueden hacerse inteligibles sólo por la acción del intelecto, que eleva el pensamiento hacia la aprehensión de tales realidades inmateriales como el alma humana, los ángeles y Dios. Para lograr la comprensión de las verdades más elevadas, aquellas con las que está relacionada la religión, es necesaria la ayuda de la revelación. El realismo moderado de santo Tomás afirmó los grandes conceptos de su sistema en el pensamiento, en oposición al realismo extremo, el cual los proponía como independientes del pensamiento humano. No obstante, admitía una base para los universales en las cosas existentes en oposición al nominalismo y conceptualismo. En su filosofía de la política, a pesar de reconocer el valor positivo de la sociedad humana, se propone justificar la perfecta racionalidad de la subordinación del Estado a la Iglesia.

Santo Tomás primero sugirió su opinión madurada en De unitate intellectus contra averroistas (1270). Esta obra volvió la tendencia contra sus oponentes, quienes fueron censurados por la Iglesia.

Santo Tomás dejó París en 1272 y se fue a Nápoles, donde organizó una nueva escuela dominica. En marzo de 1274, mientras viajaba para asistir al Concilio de Lyon, al que había sido enviado por el papa Gregorio X, cayó enfermo. Murió el 7 de marzo en el monasterio cisterciense de Fossanova.

Con más fortuna que ningún otro teólogo o filósofo, santo Tomás organizó el conocimiento de su tiempo y lo puso al servicio de su fe. En su esfuerzo para reconciliar fe con intelecto, creó una síntesis filosófica de las obras y enseñanzas de Aristóteles y otros sabios clásicos: de san Agustín y otros Padres de la Iglesia, de Averroes, Avicena, y otros eruditos islámicos, de pensadores judíos como Maimónides y Solomon ben Yehuda ibn Gabirol, y de sus predecesores en la tradición escolástica. Esta síntesis la llevó en la línea de la Biblia y la doctrina católica.

El éxito de santo Tomás fue inmenso; su obra marca una de las escasas grandes culminaciones en la historia de la filosofía. Después de él, los filósofos occidentales sólo podían elegir entre seguirle con humildad o inclinarse hacia alguna otra dirección diferente. En los siglos posteriores a su muerte, la tendencia dominante y constante entre los pensadores católicos fue adoptar la segunda alternativa. El interés en la filosofía tomista empezó a restablecerse, sin embargo, hacia el final del siglo XIX. En la encíclica Aeterni Patris (Del Padre eterno, 1879), el papa León XIII recomendaba que la filosofía de santo Tomás fuera la base de la enseñanza en todas las escuelas católicas. El papa Pío XII, en la encíclica Humani generis (1950), afirmaba que la filosofía tomista es la guía más segura para la doctrina católica y desaprobaba toda desviación de ella. El tomismo permanece como una escuela importante en el pensamiento contemporáneo. Entre los pensadores, católicos y no católicos, que han trabajado dentro del marco tomista, han estado los filósofos franceses Jacques Maritain y Étienne Gilson.

Santo Tomás fue un autor prolífico en extremo, con cerca de 800 obras atribuidas. Las dos más importantes son Summa contra Gentiles (1261-1264), un estudio razonado con la intención de persuadir a los intelectuales musulmanes de la verdad del cristianismo y la Summa theologica (1265-1273), en tres partes (sobre Dios, la vida moral del hombre y Cristo), de la que la última está inacabada.

BIBLIOGRAFIA

"Enciclopedia Microsoft Encarta 99".

GARCÍA M. Manuel; (1971). "Lecciones Preliminares de Filosofía." Editorial Porrúa. 3ra edición. México D.F., México.

HIRSCHBERGER, J.; (1968). "Breve Historia de la Filosofía." Edittorial Herder. 2da edición. Barcelona, España.

MARÍAS, Julián; (1960). "Historia de la Filosofía." Ediciones Castilla. 12ª edición. Madrid, España.

21 de octubre de 2009

6 de septiembre de 2009

9:14 a. m.

Nuevo Formato


Saludos jóvenes amigos que siguen este sitio. Me da mucho gusto poder compartir el nuevo formato que asumimos por entender que es más atractivo y que nos permitirá tener un acercamiento mayor a los recursos y de manera más ágil.

Gracias por su apoyo y seguiremos avanzando, si Dios nos lo permite!!!

5 de septiembre de 2009

2:23 a. m.

Consejo de los expertos para realizar presentaciones efectivas

Fuente: http://www.eduteka.org/

Crear presentaciones impactantes no es nada fácil hoy en día, cuando la sociedad es bombardeada constantemente con información de todo tipo. La cultura occidental se está moviendo rápidamente desde la información escrita y verbal hacia el dominio de la imagen y la comunicación visual. Los números y las letras continúan y continuarán siendo el principal medio para expresar y registrar información, pero su absoluto dominio está cediendo el paso al avance de la información visual [1].
En los documentos impresos, el lenguaje ha sido el elemento principal y los factores visuales se han considerado como secundarios o de soporte. Actualmente, en los medios de comunicación prima lo visual y lo verbal simplemente complementa. Nuestra cultura verbal se ha movido hacia lo icónico al punto que la mayoría de lo que sabemos y aprendemos, lo que compramos y en lo que creemos, lo que reconocemos y deseamos, está determinado por la imagen fotográfica que hace eco en la psiquis humana [2]. Es urgente que los estudiantes desarrollen sus capacidades para trabajar adecuadamente con entornos visuales como la multimedia y que reconozcan cuando un dato debe presentarse en forma visual y cuando en forma descriptiva con palabras y números.
Presentamos a continuación una serie de ideas propuestas por expertos en el tema para que sirvan como guía del maestro en la formación de los estudiantes en la realización de presentaciones efectivas.

IDEAS

PROFUNDIDAD EN LA INVESTIGACIÓN

El profesor se debe asegurar que la proporción de tiempo dedicada por los estudiantes a la investigación y el desarrollo de ideas sea mayor que el tiempo dedicado a preparar las diapositivas.
Para la mayoría de los temas, la investigación y reflexión deberían comprender alrededor del 80% o más del tiempo total del proyecto. Investigación=80%, Presentación=20% [3].
Estas expectativas se deben comunicar a los estudiantes al inicio del proyecto y para formalizarlas se solicita a cada estudiante que lleve un registro del tiempo dedicado a cada actividad.
También desde el inicio del proyecto debe dejarse claro que las nuevas tecnologías son deslumbrantes y pueden añadirle gran valor a una presentación. Pero los estudiantes no deben dejarse seducir por ellas ya que la audiencia lo que desea es escuchar algo realmente nuevo, producto de una excelente investigación.


APORTAR INFORMACIÓN (DATOS NUEVOS)

Dependiendo del tema a tratar, los estudiantes necesitan presentar evidencia suficiente para sustentar un argumento sólido que cubra los tópicos y dimensiones exigidos por el proyecto de investigación. La respuesta a ¿cuánto es suficiente? depende del tema que se aborde.
Los estudiantes deben tener en cuenta que las presentaciones efectivas dependen de la calidad de la información expuesta y no de la forma como ésta se presente (espectacularidad).
Se debe poner especial cuidado en la articulación de la información que se aporte en la presentación. Un argumento sólido debe conducir a una exposición fluida de los datos nuevos sobre un tema en particular que la audiencia no conoce.
Cuando los estudiantes hayan construido respuestas, creado soluciones, tomado decisiones y propuesto recomendaciones sobre un tema, podrán dedicarse a compartir sus descubrimientos. En este punto, ellos deben enfocarse en la comunicación persuasiva del contenido [3].
Se debe alentar a los estudiantes para que en cada investigación, si es pertinente, analicen cómo se relaciona su proyecto con los temas de actualidad e interés para la comunidad estudiantil.


ÉTICA

Desde un comienzo se debe establecer el respeto por los derechos de autor que los estudiantes deben observar a lo largo de la investigación. Ellos deben citar las fuentes de las cuales obtuvieron todos los elementos utilizados en su presentación (texto, fotografías, imágenes, mapas, etc).
A no ser que las fuentes se citen en cada diapositiva, la ultima debería listar las obras consultadas, no importa que se trate de una presentación informal [4].
Los profesores deben familiarizarse con las leyes y normas que regulan el respeto por los derechos de autor [5].
El docente debe realizar un esfuerzo importante para ayudar a formar buenos ciudadanos en un mundo cada vez más digital. Es importante destinar un tiempo para reflexionar con los estudiante sobre este asunto.


DISEÑO

SELECCIONAR TEXTO E IMAGEN

Se debe solicitar a los estudiantes que preparen un guión con el fin de evitar productos finales carentes de una estructura lógica o que no puedan comunicar el mensaje central. Además, éste puede usarse como herramienta de evaluación durante el desarrollo del proyecto [4].
El guión con los temas y subtemas puede ser la diapositiva inicial de la presentación. A partir de ésta se definen los títulos de las otras diapositivas y bajo cada título se incluye el texto explicativo, las imágenes de apoyo y las notas personales.
Cada diapositiva debe tener un título que aclare tanto al público como al estudiante que realiza la presentación, cuál es el punto principal a comunicar. Esto asegura la coherencia en la presentación y ayuda a organizar el material.
El texto de cada diapositiva se debe limitar a unas cuantas frases. En general, cada diapositiva debe contener sólo seis líneas de texto, con seis palabras por línea, no importa que un par de diapositivas tengan 8 líneas, pero que esto no sea la regla.
A no ser que los estudiantes realicen una cita textual, no deben incluirse párrafos en las diapositivas.
Escriba frases, no oraciones. Tenga en cuenta que la presentación es el soporte de su discurso verbal, no el reemplazo de éste y que le debe recordar además, hacer comentarios adicionales.
No olvide simplificar, simplificar y simplificar. Cuando el estudiante termine de preparar la presentación, debe volver a editarla con el fin de omitir palabras innecesarias o reemplazar oraciones por palabras claves.
Se debe tener especial cuidado con la redacción y ortografía, pues los errores se magnifican cuando se proyectan. Un buen truco consiste en imprimir la presentación y pedirle a alguien más que la lea con el fin de corregir errores ortográficos, mecanográficos u otras inconsistencias.
Las ayudas visuales como gráficas, mapas, dibujos y fotografías, entre otras, se deben utilizar para permitir a la audiencia visualizar conceptos que de otra forma resultarían difíciles de entender. Deles ese uso.
No espere que las ayudas visuales hagan análisis, creen empatía, generen preguntas o construyan una relación con la audiencia. Esa es labor del presentador.
Es recomendable que cada diapositiva tenga el logotipo del colegio, el nombre y el grado del estudiante, ubicados en la parte baja al lado izquierdo.
Se debe abrir y cerrar la presentación con textos que sean especiales. Los primeros minutos sirven para establecer un contexto que es critico para generar las expectativas y el interés de la audiencia. Los minutos finales sirven para unir todas las piezas y enfatizar los puntos más importantes que se han tratado a lo largo de la presentación.


ARMONÍA

Debe promoverse la simplicidad a lo largo de toda la presentación.
Sea consistente en el tipo de letra, su tamaño y formato.
Se debe usar un tipo de letra clara y fácil de leer como Arial, Tahoma o Verdana. Así como fondos de pantalla sencillos.
Todas las palabras deben ser legibles desde el lugar más alejado del salón. Las combinaciones de mayúsculas y minúsculas son las más legibles [4].
Las viñetas deben ser consistentes; en un listado de acciones todas las frases deben comenzar con verbos; en un listado de beneficios todos los puntos deben corresponder a esta categoría.
Todas las viñetas pueden comenzar con un verbo, o las frases con un sujeto. Esta estructura hará que la presentación fluya más fácilmente de un punto a otro.
6 palabras en cada viñeta, 6 viñetas en cada diapositiva, y no más de 6 diapositivas de texto seguidas, es una buena práctica. Seis diapositivas de texto seguidas, quiere decir que el presentador habla por lo menos 10 minutos sin ninguna ayuda visual.
La apariencia de las diapositivas debe ser variada. Es buena idea intercalar graficas, con frases y listados, con fotos. Una impresión en papel de la presentación permite asegurarse que hay variedad visual.
Hay que ser cuidadoso con el uso de los colores. Una buena elección de colores es un punto critico para la transmisión del mensaje. Por ejemplo, la utilización del rojo en presentaciones que contengan resultados numéricos debe hacerse con cuidado ya que este color significa valores negativos.
Asegúrese de tener buen contraste entre el texto y el fondo. Los expertos recomiendan colores muy oscuros para el texto y pasteles pálidos para el fondo como amarillo claro, aunque algunos prefieren texto claro sobre fondo oscuro.
Al final de la presentación tenga un par de diapositivas en blanco seguidas de otra que diga "Gracias" o que presente nuevamente el contenido de la diapositiva inicial.


ELIMINAR DISTRACCIONES

Los diseños muy vistosos pueden opacar el impacto del mensaje.
Use transiciones naturales, como el texto que cae o que aparece desde la izquierda. Es más fácil leer cuando el texto proviene siempre del mismo lugar. No se exceda con las transiciones, pues no todas las diapositivas requieren efectos especiales.
La presentación debe tener el mínimo posible de sonidos y animaciones. Estos elementos deben reservarse para dar mayor énfasis a los puntos importantes [4].
No utilice colores complementarios en la misma diapositiva (rojo y verde, azul y anaranjado, etc).
No utilice colores brillantes, sobre todo colores primarios, pues estos distraen, cansan e incluso pueden ocasionar problemas de visión para algunos asistentes.
Los dispositivos de proyección pocas veces producen los mismos colores que un monitor. Asegúrese de verificar que todas las tonalidades de la presentación se vean bien cuando son proyectadas.


PRESENTACIÓN

HABLAR

Si el presentador se comunica con seguridad y transmite sus conocimientos con sinceridad, la audiencia tiende a darle mayor credibilidad y confianza. Es muy importante enseñar al estudiante a evitar la mera apariencia de convicción, debe aprender a pensar y comunicarse honestamente. Esto constituye uno de los aspectos esenciales de un buen ciudadano.
Los demagogos han dominado las técnicas oratorias, se debe alentar a los estudiantes para que reconozcan y duden de los oradores manipuladores y falsos. Es indispensable que los estudiantes desarrollen el pensamiento crítico para no "caer" ante una presentación poco profunda o ante imágenes e ideas de dudosa validez.
El orador efectivo crea una conexión fuerte con la audiencia y establece contacto visual con cada miembro del grupo en diferentes momentos de la presentación.
Se debe evitar que el estudiante lea las diapositivas. La audiencia las puede leer sin ayuda del expositor, éste debe concentrarse en la elaboración y exploración del tema investigado.


ACTUAR

·El estudiante no puede olvidar su primera y mas útil herramienta audiovisual: ¡Él mismo!. Su rostro, su voz, sus manos y su cuerpo son mucho más expresivos que cualquier cosa que la tecnología pueda producir.
Haga pausas deliberadas con diapositivas neutrales que le permitan acercarse más a su audiencia.
Herramientas como PowerPoint son más poderosas en manos de un presentador hábil. Por eso se les debe insistir a los estudiantes que practiquen sus presentaciones.
Otra de las formas de involucrar a la audiencia con el presentador además del contacto visual y el entusiasmo, consiste en contar anécdotas personales, apuntes divertidos o ejemplos inteligentes [4].
Es buena idea tener un "Plan B". La tecnología es cada día más fácil de usar, pero sigue existiendo la posibilidad de que un proyector no pueda comunicarse con el computador, o pueda caerse la red. Tenga un plan de contingencia como tener la presentación en transparencias o tener una copia impresa que se pueda fotocopiar en cualquier momento. Si el equipo falla, el estudiante debe continuar, él es el mensaje; las ayudas visuales son sólo eso, ayudas.

LA AUDIENCIA
Analice su objetivo y las expectativas de la audiencia. ¿Cuál es el propósito de la presentación: enseñar, persuadir, motivar, aclarar o informar?
Si el mensaje del orador le llega a la audiencia de una manera convincente y atractiva, es probable que varios de los asistentes den señales de aprobación mediante alguna forma de lenguaje corporal. El presentador debe estar pendiente de este tipo de señales a fin de continuar como va o rectificar en la forma de presentar la información.
El estudiante que realiza la presentación debe hacerse preguntas como: ¿Quién está sentado ahí? ¿Cuáles son sus necesidades? ¿Cuáles sus preferencias? ¿Qué comportamientos tienen? ¿Cuánto saben sobre el tema? ¿Cuánto vocabulario manejan, y ¿Qué nivel de profundidad se le debe dar al tema?
Por respeto a la audiencia, asegurarse antes de iniciar la presentación que todos los elementos fundamentales para llevar a cabo la presentación, funcionen apropiadamente.
Es importante que dentro del tiempo de la presentación haya espacio para que la audiencia pueda hacer preguntas.
Pensando en el momento de las preguntas, es importante conocer la ubicación dentro de la presentación de las diapositivas claves para llegar a ellas directamente a fin de aclarar las dudas presentadas por la audiencia.

EVALUACIÓN

EJEMPLOS
El docente puede comunicar a sus estudiantes lo que espera de ellos con la presentación, mostrándoles ejemplos de buenos trabajos [3].
Para lograr que los estudiantes realicen trabajos de calidad, con profundidad y elegancia, se debe permitir que ellos aprecien trabajos excelentes realizados por otros estudiantes en proyectos similares.
Aunque existe el peligro de que imiten los trabajos realizados por otros estudiantes, en general responden bien cuando ven una serie de productos y presentaciones que demuestren una buena combinación de pensamiento y uso apropiado de la tecnología [3].

INSTRUMENTOS
En el caso de los proyectos de investigación donde se ha utilizado un modelo como Big 6, la presentación debe ser un componente sumario de un producto mayor. Los estudiantes deben desarrollar sus presentaciones solo después de haber terminado un ensayo profundo donde hayan considerado las preguntas esenciales sobre el tema elegido [4].
Las Matrices de Valoración (Rubrics en inglés) (http://rubistar.4teachers.org/index.php?&skin=es&lang=es&) pueden usarse para describir a los estudiantes lo que el docente espera. Esta herramienta se puede desarrollar con los estudiantes para que ellos estén mas involucrados en el proceso de crear buenos productos.
He aquí dos ejemplos de Matrices de Valoración, una para evaluar la presentación Multimedia y otra para evaluar la creación de una pagina Web.
La presentación realizada con un software como PowerPoint es el compendio visual de los descubrimientos que apoyan la presentación oral. Lo ideal es que la presentación se acompañe de un ensayo o argumento cuidadosamente construido, desarrollado en un procesador de palabras, que plantee las ideas principales y las trate con profundidad [3].
REFERENCIAS
[1] Lindstrom, Robert L., Being Visual, Chapter 3: Multimedia Literacy. A Guidebook for Strategic Presentation in the Rich-media Communications Era.
[2] Dondis, Donis A. A primer of Visual Literacy.
[3] Mckenzie, Jamie. Scoring Power Points.
[4] Valenza, Joyce Kasman. PowerPoint effective, but often misused.
[5] Copyright Website. Portal que provee información sobre derechos de autor para todos los navegantes en Internet (inglés)..


BIBLIOGRAFÍA
Anderson, Gail Zack. Top Ten Tips for PowerPoint Slide Shows.
Anderson, Gail Zack. First Steps First.
Anderson, Gail Zack. Adding Value with Visual Aids.
Endicott, Jim. Five Step Approach to Mapping Your Presentation Content.
Lindstrom, Robert L., Being Visual, Chapter 2: Presentation Evolution?. A Guidebook for Strategic Presentation in the Rich-media Communications Era.
Miller, Anne. Defining Your Audience.
Misner, Carol D. Tips on Multimedia: Using PowerPoint for Presentations.
Plagiarism.org. Recursos en línea para educadores preocupados con el crecimiento del plagio en Internet (inglés).
Valenza, Joyce Kasman. Teaching Ethics in a World of Electronics. · Presentation Visual Design Guide.


Fecha de publicación en EDUTEKA: Junio 29 de 2002. Fecha de la última actualización: Junio 29 de 2002.

Ver Además

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Seis Pasos para Lograr una Presentación Fantástica

1 de agosto de 2009

7:05 p. m.

Apoyo examen final de Filosofía

Saludos jóvenes que se han dejado provocar por la filosofía, tanto de UCATECI, como los de la UNPHU. Les dejo con un material recopilado por las mellizas (¿o gemelas?) Rita Ariela y Rita Mariela, quienes nos comparten su apreciación sobre los elementos más importantes de los temas tratados más recientemente.

Racionalismo Cartesiano

Descartes es uno de los padres de la filosofía moderna y el principal valedor del racionalismo. Su aportación a esta etapa de la historia de la filosofía que conocemos bajo el nombre de modernidad (s. XVI-XVIII)
resulta relevante a un doble nivel:
Metodológico: la mayor preocupación filosófica cartesiana pasaba por elaborar un nuevo método del pensar. Un método que clarificara científica y racionalmente el saber filosófico. A este nuevo método, el cual recuperaba la ciencia matemática como modelo del saber racional, lo llamó “duda metódica”. El rendimiento de la duda metódica debía comprender los campos epistemológico y ontológico; así, epistemológicamente, la duda metódica nos permitiría agrandar el espacio del pensar a nivel ontológico, la duda tendría que servir para hallar las verdades fundamentales sobre las que asentar nuestro conocimiento; y la primera de esas verdades era la expresión existencial del cogito: “pienso, luego existo”, diría Descartes.

Metafísico: la aportación del método debe centrarse en la redefinición de los conceptos fundamentales de la metafísica (como los de sustancia, atributo, verdad, etc.) para asentar las verdades indudables a partir de las cuales construir el edificio del conocimiento humano. La primera de esas verdades, y con la cual Descartes hubo de cambiar el rumbo de la metafísica, había de ser la afirmación del “Cogito”. Así, Descartes hacía pasar el pensamiento metafísico del objetivismo medieval al subjetivismo moderno: lo importante, ahora, no es el conocimiento del objeto, sino su conocimiento a través del conocimiento del sujeto. Ahora bien, la filosofía cartesiana pone mucho cuidado en no caer en un subjetivismo propiciado por la exaltación de los sentidos o de la imaginación, sino que es una afirmación racional de la subjetividad. Es la confianza en la razón, una razón trazada matemáticamente, la que nos permite dar cuenta de la radicalidad del cogito: puedo dudar de todo, menos de que dudo; por tanto, si no puedo dudar de que dudo, no podré dudar de que estoy pensando y de que en dicho acto me constituyo como ser humano. Repetimos: pienso, luego existo. Por otro lado, la metafísica cartesiana es la expresión de una nueva teoría de las ideas y una nueva concepción general del universo dominada por el mecanicismo. Por tanto, podemos evaluar el racionalismo cartesiano teniendo en cuenta sus principales rasgos: la expresión de un nuevo método racional del pensar, la llamada duda metódica; la afirmación de la subjetividad (cogito) como primera verdad; una nueva teoría del concepto de idea en general y de la idea de substancia en particular; finalmente, el mecanicismo como paradigma o concepción general del orden y funcionamiento del universo.

Aspecto epistemológico: la duda metódica

El nuevo método cartesiano tiene como misión convertir a la filosofía en un camino racional hacia la verdad. Por supuesto, la razón era el mecanismo adecuado para lograr esta correspondencia, pero eso no suponía excluir a los sentidos de la tarea del conocimiento verdadero pues los sentidos nos ponen en contacto con la realidad, pero con la aparición de la filosofía moderna, cuyo padre es Descartes, el principio del conocimiento deja de ser el objeto y pasa a ser el sujeto y el lugar en el que quedan los sentidos como criterios de conocimiento es de clara inferioridad y desprestigio. Tanto es así que el método cartesiano comienza expresando su desconfianza hacia los sentidos como instrumentos válidos para conocer. De ahí que la expresión del método cartesiano sea la duda: en sus famosas Meditaciones Metafísicas, Descartes escribe que podemos dudar de todo aquello que conozcamos a través de los sentidos, en cambio, decía Descartes, no puedo dudar de aquello que consiga conocer racionalmente, porque esto lo habré hallado de acuerdo a un método estrictamente racional. Y eso de lo que no puedo dudar es de que dudo, es decir, no puedo dudar de mi propio pensamiento. Puedo dudar del contenido de lo pensado, pero no así del pensamiento mismo; por eso, puedo afirmar tajantemente que “pienso, luego existo”. Como se observa fácilmente, es el sujeto el principio de todo conocimiento racional, pues es el pensamiento como tal y no lo pensado el punto de partida. El método cartesiano, que desde este momento se llamará “duda metódica”, es el esfuerzo por ofrecer autonomía al entendimiento frente a los sentidos y la imaginación. Es tarea del entendimiento hallar las verdades evidentes y primeras que van a servir de base para la construcción del conocimiento humano. En efecto, la duda metódica cartesiana pretende erigirse en modo de hallar la certeza y, dentro de ella, la certeza absoluta: el sujeto pensante. Esta verdad indubitable, a la que llamamos cogito, será el primer principio de la filosofía. Debido a que la finalidad de la duda es conducirnos hasta las primeras y fundamentales verdades de nuestro conocimiento, no podemos confundir la duda cartesiana con el escepticismo: Descartes no desea dudar de todo, sino sólo de aquello que no se presente de manera evidente como verdadero a mi entendimiento. Descartes nunca había de dudar de la razón y de su capacidad para hallar la verdad.

Las consecuencias ontológicas del método cartesiano:
afirmación de la primera verdad: “pienso, luego existo”

Teniendo en cuenta que lo que persigue la duda metódica es afirmar el sujeto pensante o cogito como base sobre la que construir todo el conocimiento racional, podemos decir que la filosofía del método es, en realidad, una filosofía del sujeto, según la cual, el hombre existe como ser pensante, el mundo es conocido a partir de la evidencia del pensamiento: es el cogito, y no el mundo, la primera verdad. La llegada al cogito o pensamiento se efectúa por vía intuitiva: es la evidencia la que nos revela que el pensar, y más concretamente, que “yo pienso”, es una idea clara y distinta, es decir, una idea de la que no cabe dudar. Desde este punto de vista, el cogito no es tanto un resultado o punto de llegada como un punto de partida. Lo que quiere indicarnos Descartes es que la subjetividad, el “pienso, luego existo” es el comienzo de toda reflexión filosófica, porque es indubitable que yo existo pensando, que existo como pensamiento: no puedo dudar de mi existencia y de que ésta se desarrolla pensando. Por tanto, el “pienso, luego existo” es el esfuerzo cartesiano por construir toda la explicación de la realidad a partir de la única evidencia de mi propia existencia como ser pensante. Definitivamente, pues, la filosofía del método es una filosofía de la subjetividad.


EL EMPIRISMO.

El empirismo es una doctrina filosófica que se desarrollo en los siglos XVII y XVII contraponiéndose al racionalismo.
El empirismo considera a la experiencia como única fuente válida del conocimiento en el contacto de los sentidos con las cosas. Son los sentidos los que, al ponerse en contacto con las cosas capturan las formas con que las cosa impresionan, formas que juzgándola por el lado del objeto, son las de su existencia, por el lado del sujeto, las impresiones son el material que es transmitido hasta los centros superiores donde se convierten no solo en percepciones, sino en ideas generales o conceptos.
Tal fin intentan encontrar sus representantes: John Locke, quien pone como principio de todo conocimiento a la experiencia, además, que rechaza las ideas innatas y hace una comparación del espíritu como una tabula rasa, encontrando el origen del conocimiento en la sensación y la reflexión.




Las características principales del empirismo son:
1.El origen del conocimiento es la experiencia. La mente es una "Tabla rasa" que ha de ser rellenada de contenido empírico. Se niegan Por tanto las ideas innatas que defendía el racionalismo.
2. El conocimiento humano tiene un límite: la propia experiencia. Todo conocimiento que pretenda ir más allá de la experiencia es o meramente probable o dudoso.
3. Todo conocimiento es conocimiento de ideas. Se conocen las ideas, no las cosas. En esto coinciden con el racionalismo. En George Berkeley esta tesis conducirá a un idealismo radical (negación de la realidad material).
4. La razón es una razón crítica (examina sus límites y posibilidades) que queda invalidada para asuntos metafísicos, por lo que su tarea debe inclinarse a cuestiones prácticas (políticas, morales,...).
Los principales representantes del empirismo clásico son Locke, Berkeley y Hume.
John Locke (1632-1704). De gran actividad política, teórico del liberalismo político, sus teorías inspiran las revoluciones burguesas de su país, las teorías políticas de la Ilustración francesa y la Constitución de los Estados Unidos. Desde el punto de vista de la teoría del conocimiento, aunque con alguna influencia racionalista, es el fundador del empirismo. Pensaba que todo posible conocimiento deriva de la experiencia. De ella recibimos información que configúralas ideas simples (color, olor, figura, ...), y a partir de éstas elaboramos /ideas complejas (las distintas sustancias). A qué realidad extramental hagan referencia estas ideas derivadas, es de lo que no sabemos nada. Sus principales obras son Dos tratados sobre el gobierno civil, y Ensayo sobre el entendimiento humano.
George Berkeley (1685-1753). Obispo anglicano irlandés, cree resolver el problema de Locke de la siguiente manera: Conocemos ideas, creemos conocer las cosas, pero en realidad las cosas no son más que ideas: ser consiste en ser percibido. "Es ciertamente extraño que haya prevalecido entre los hombres la opinión de que casas, montes, ríos, en una palabra, cualesquiera objetos sensibles, tengan existencia real o EL EMPIRISMO natural distinta de la de ser percibidos por el entendimiento". La causa de nuestras ideas no es una realidad extramental, sino directamente Dios.
David Hume (1711-1776)
Su vida transcurre fundamentalmente entre Inglaterra y Francia. Su primera obra filosófica será el Tratado sobre la naturaleza humana. Posteriormente reelaborará su contenido en sus dos escritos más importantes, Investigaciones sobre el entendimiento humano, donde expone su teoría del conocimiento, e Investigaciones sobre los principios de la moral, donde expone su filosofía práctica. La influencia de la filosofía de Hume será determinante en Kant así como en la filosofía analítica del siglo XX.
La teoría del conocimiento.
Hume pretende analizar las posibilidades y los límites del entendimiento humano. Concluirá que hay muchas materias (especialmente las metafísicas) que están fuera del alcance del conocimiento.
-En nuestro conocimiento poseemos dos tipos de elementos:
- Impresiones: percepciones sensibles, vivas e inmediatas.
- Ideas: reproducción de impresiones, débiles y mediatizadas por la memoria.
Ambas, a su vez, pueden ser simples y complejas (a la manera de Locke).
Como todo conocimiento procede de la experiencia, sólo será válido el conocimiento que tenga su origen en la experiencia sensible, esto es, aquél que proceda de impresiones. Por ello sólo podemos otorgar existencia a las cualidades, que son de las que tenemos impresiones simples, pero nunca a las sustancias. Las sustancias no son sino una colección de cualidades a las que damos nombres para acordarnos, pero no tienen ningún equivalente en la realidad, o al menos, no tenemos ninguna razón para suponerlo.
Hume afirma que no poseemos ninguna impresión de lo que sea el yo; es más, si la tuviésemos, sería invariable (ya que se supone que toda la vida somos el mismo yo), y no existe ninguna impresión que sea invariable. Si cogemos un supuesto yo y lo analizamos encontramos impresiones de objetos exteriores, sentimientos, etc. Si suprimimos todas esas impresiones, ¿qué queda? Nada.
La relación de ideas se basa en la demostración; la cuestión de hecho, para que vaya más allá de la mera impresión, se fundamenta en la causalidad. Negada el fundamento de ésta, no debemos negar todas las leyes científicas, pues nos son útiles. Sólo debemos ser conscientes de la limitación epistemológica de las cuestiones de hecho y de la perenne provisionalidad de las afirmaciones causales, solo sustentadas por la costumbre.


HEGEL
La filosofía de Hegel surge estrechamente vinculada con la situación social, cultural y filosófica de su tiempo, a la vez que es una respuesta racional a los problemas planteados por esa situación. La filosofía de Hegel supone una lucha por la falta de la libertad y de la razón. A su juicio, la situación histórico-social en que vivía estaba necesitada de una mayor libertad. Hegel vivió la Alemania de su tiempo como un ataque a sus aspiraciones democráticas y a la libertad, y concibió la necesidad de un Estado moderno y racional. Era preciso también, pues, una idea o concepto de Estado racional.




EL MARCO FILOSOFICO

La obra de Hegel puede considerarse como la madurez filosófica y cultural de la tradición occidental. Su filosofía pasa por ser el último gran sistema filosófico, en el que confluyen prácticamente todas las filosofías anteriores. El propio Hegel interpretó así su sistema, como el estado de maduración y unidad interna de todo el pensamiento anterior a él (así lo hace en sus Lecciones sobre la historia de la filosofía ).
La filosofía de Hegel se basa en la relación entre los dos conceptos fundamentales de la filosofía anterior: la Naturaleza (en la filosofía griega) y el Espíritu (en la filosofía cristiana y, a partir de Descartes, en la filosofía moderna). Hegel pretende la unidad interna y la conexión entre Naturaleza y Espíritu, de modo que pueda elaborarse una teoría unitaria, total y cerrada sobre la realidad en su totalidad.


DIALECTICA
El término "dialéctica", aunque no fue Hegel el primero en utilizarlo (lo habían hecho ya, por citar dos ejemplos, Platón y Kant), sirve para caracterizar toda su filosofía llamándola método dialéctico o naturaleza dialéctica de la realidad .

Ya habíamos hablado de que la filosofía de Hegel nacía unida a un marco histórico y social determinado, en el que Hegel denunciaba la falta de libertad del hombre. El término "dialéctica" es utilizado por Hegel para comprender y expresar la situación real del mundo.
Pero también habíamos visto que la filosofía de Hegel estaba inserta en un marco filosófico muy preciso. En ese sentido, en cuanto expresión de la filosofía de Hegel, dialéctica significa la radical oposición de Hegel a toda interpretación fragmentaria de la realidad y del conocimiento.
El carácter dialéctico de lo real significa que cada cosa es lo que es, y sólo llega a serlo en interna relación, unión y dependencia con otras cosas y, en último término, con la totalidad de lo real.
La dialéctica de Hegel concibe la realidad como un todo, sin que ello afecte para nada a la relativa independencia de cada cosa en su singularidad.
Pero el carácter dialéctico de lo real no sólo significa que tenga una relación interna, sino, más profundamente aún, que cada cosa sólo es lo que es en un proceso continuado. Es decir, la realidad, en cuanto dialéctica, no es fija ni determinada de una vez por siempre, sino que está en un constante proceso de transformación y cambio, cuyo motor es, a la par, tanto su interna contradicción, limitación y desajuste en relación con su exigencia e intención de totalidad, infinitud y absoluto, como la interna relación en que está con otra realidad, que aparece como su contrario


LA DIALECTICA COMO ESTRUCTURA DEL CONOCIMIENTO

El carácter dialéctico de la filosofía hegeliana tiene igual alcance en lo que se refiere al conocimiento o al saber ("conocimiento dialéctico" o "método dialéctico").
Para Hegel, por su propia concepción de la filosofía como "el conocimiento efectivo de lo que es en verdad", la teoría acerca de la realidad requiere indagar lo que es el conocimiento, el saber, el pensar (recuérdese que la relación ser-pensar ha sido una cuestión fundamental a lo largo de la historia de la filosofía.
Para Hegel el conocimiento tiene una estructura dialéctica. Y tiene esa estructura, en definitiva, porque la realidad es dialéctica y, por tanto, el conocimiento también es dialéctico, en cuanto que es una dimensión de lo real y en cuanto que se configura dialécticamente al manifestar adecuadamente la naturaleza dialéctica de la realidad. Pero, en verdad, las distinciones entre conocimiento y realidad, pensar y ser, etc., son, según Hegel, inadecuadas, justamente en razón del carácter dialéctico de la realidad en general y del principio hegeliano de que "lo verdadero es el todo". Lo que hay, en cualquier caso, es la relación interna y estructural entre el ser y el pensar, o, lo que es lo mismo, entre el objeto y el sujeto.


ESTRUCTURA DE LA DIALECTICA

Hemos visto que para Hegel la dialéctica no se limita a ser un método del conocimiento, sino que es algo más. La dialéctica constituye la naturaleza y estructura de lo real, y por ello es por lo que constituye el modo de proceder del conocimiento.
La estructura y esencia de la dialéctica es un todo complejo constituido por tres momentos o aspectos implicados entre sí :
- Lo que se ha llamado tesis (el aspecto o momento abstracto o intelectual). Suele interpretarse la tesis como una afirmación cualquiera, una realidad, un concepto. Pero esta afirmación lleva en su entraña un contrario, ya que la realidad no es estática, sino dinámica.
- Lo que se ha llamado antítesis (el aspecto o momento dialéctico o negativo-racional). Suele interpretarse como la negación de la afirmación anterior, ya que es esa contradicción el motor de la dialéctica. Este momento negativo es lo que hace dinamizar la realidad.
-Lo que se ha llamado síntesis (el aspecto o momento especulativo o positivoracional). Suele interpretarse como la superación del conflicto, la negación de la negación anterior. Los dos momentos anteriores son a la vez eliminados y conservados, es decir, elevados a un plano superior. La síntesis es enriquecimiento y perfección, es la seguridad de que la realidad está en constante progreso.


LAS CATEGORIAS

Para Hegel la razón rige el mundo y, por tanto, la historia ha transcurrido racionalmente. La razón es, pues, la sustancia de la historia. Si la historia ha transcurrido racionalmente, esto significa que ha transcurrido de acuerdo con unas categorías o leyes, esas categorías son las siguientes:
a) Variación . Se pone de manifiesto si nos fijamos en el cambio de individuos, pueblos y Estados que se van sucediendo.
b) Negatividad . El espíritu en su andadura histórica no cesa de destruirse y construirse constantemente. Esto significa que las etapas históricas tienen un desarrollo interno dialéctico que las hace desaparecer para transformarlas en otras más ricas y potentes: es la dialéctica aplicada a la historia.
c) Razón . La historia se desenvuelve en el terreno del espíritu. El espíritu es una conciencia no sólo del sujeto, sino también del objeto (Hegel llamaba a esto "conciencia de sí". Y esta conciencia de sí es la libertad, es decir, la autoconciencia.
d) Libertad . Es el principio fundamental que hace posible la historia. Sólo teniendo conciencia de la libertad se puede ser libre (de los tres tipos de libertad que distingue Hegel natural, de capricho y racional, Hegel se refiere a la libertad racional).


CARLOS MARX

1. CONTEXTO HISTÓRICO Y FILOSÓFICO.
Marx pasa gran parte de su vida en Inglaterra, primer lugar en el que se da la revolución industrial con todas sus consecuencias: explotación de los trabajadores, pobreza, malas condiciones laborales, situación precaria del proletariado, etc. Es allí donde surgen como consecuencia los primeros movimientos obreros.
Marx representa la práctica activa de la lucha de clases, lucha que debe proseguir hasta reducir las relaciones de dominio y explotación entre los hombres.
Vida y obras.



Carlos Marx nació en Trèveris, en 1818. Su familia (son pobres, viven en una situación precaria) es de origen judío, aunque el padre se convierte al protestantismo y Marx se bautizado en 1824. Cursa estudios universitarios (Marx no era filósofo inicialmente, sino economista) en Bonn y Berlín. En esta ciudad conoce a los jóvenes hegelianos y establece fuertes lazos de amistad con Bruno Bauer conoce a Engels, con quien mantendrá la amistad hasta su muerte, junto a éste nació el Marxismo.
La obra más destacada de Marx, que se publica en vida del autor, es, sin duda, el primer volumen de El Capital (1867). También cabe citar La sagrada familia y el Manifiesto Comunista, en colaboración con Engels; La miseria de la filosofía (plantea que hay que hacer un socialismo más científico), entre otras.


2. FILOSOFÍA MARXISTA.

Antropología marxista (concepción del hombre).
Para Marx el papel de la filosofía es claro y tajante: debe convertirse en práctica, ponerse al servicio del hombre concreto para liberarlo de las alienaciones a las que se ve sometido. La filosofía debe centrarse en el estudio del mundo real, realidad empírica y material, para sentar las bases de la transformación activa de esa realidad. Por eso integra la praxis como elemento principal de la filosofía.
El problema que preocupa a Marx es siempre el mismo: la defensa y liberación del hombre concreto, sometido a humillaciones, esclavitudes y desprecios. Lo que cambian son las estrategias para lograr el objetivo. Sólo el hombre oprimido, constituido en clase, la clase obrera, y por un método rigurosamente científico de análisis de la situación histórica, puedes ser el artícife de su propia liberación.

El humanismo de Marx.

La mayoría de los hombres, los proletarios, viven explotados y humillados por una minoría burguesa y capitalista, que impide a los primeros realizar las inmensas posibilidades de su libertad.
Preocupado por devolver al hombre su dignidad, Marx plantea, en su análisis de la sociedad, el camino que la filosofía debe emprender para llegar a la liberación del hombre. Aquí se sitúan los intentos concretos para eliminar las distintas alienaciones.
En su proceso analítico de la historia, Marx detecta tres tipos de alienación: la alienación religiosa, la alienación ideológica y la alienación económica o del trabajo.


3. ALIENACIONES Y TIPOS.

Marx hereda este término de Hegel, pero en otro sentido. Feuerbach en cambio, le da un sentido religioso: piensa que el hombre ha inventado la idea de Dios para consolar sus males. Proyectan en Dios sus cualidades positivas de manera infinita, desposeyéndose así de ellas (con lo cual están alienados).
La palabra viene de alienum, que significa algo ajeno o extraño. Es el acto por el cual se traspasa la propiedad de una cosa. En el marxismo, alienación es la expropiación de la libertad, capacidad de pensar y trabajo del hombre a causa del sistema económico capitalista en el que se ve inmerso; también se dice que es la situación histórica en la que el hombre se encuentra en el ámbito del proceso del trabajo capitalista al no advertir la dependencia que toda obra humana tiene de las condiciones materiales de producción.
Alienación religiosa.
Para Marx, la religión es la premisa de todas las demás alienaciones porque la religión proyecta al hombre fuera del mundo real, llevándolo a un mundo ficticio. De esta manera, la religión es alienación, ya que provoca la escisión entre el mundo concreto en que vive el hombre y el mundo ideal, al que lo remite, haciendo así posible cualquier otro tipo de alienación (afirmaciones recogidas de Feuerbach).
La religión no sólo es alienación de cada hombre individual, sino instrumento de la clase dominadora, para oprimir a los dominados. La alienación religiosa cumple así una función social, es “opio del pueblo”.
Alienación ideológica.
La naturaleza, y el hombre, que forma parte de ella, son lo único real. El hombre es un proceso, es producto, no sólo de la naturaleza, sino también de la sociedad. Por tanto, está en las manos del hombre la posibilidad de cambiar las circunstancias materiales y sociales que están en la base de la alienación humana actual. Quedarse en la teoría, aislada de la praxis, sólo se explica por el desgarramiento y contradicción de la situación actual, pero sólo con la práctica revolucionaria es posible llevar hasta el final las posiciones teóricas; esto es, la alienación ideológica puede ser superada mediante la eliminación de las contradicciones materiales que la sustentan.
Alienación económica o del trabajo.
Donde se da la forma más pura de alienación es en el trabajo. Para Marx, lo que identifica al hombre, en cuanto capacidad de producir con sus propias manos sus medios de subsistencia. La raíz última de la vida humana está en el trabajo. Marx piensa que lo que realmente distingue al hombre es su capacidad de producir, el trabajo
Alienación filosófica.
Consiste en el espejismo de pretender contemplar o interpretar la realidad al margen de la praxis, es decir, de las condiciones reales o materiales de la existencia humana.


4. MATERIALISMO HISTÓRICO

Modos de producción, relaciones de producción.
En el sistema de Marx hay una idea básica. El trabajo actúa, independientemente de la voluntad del hombre, como elemento transformador de la realidad. El mundo depende de los modos de producción de los medios materiales y de las relaciones de producción; unos y otros constituyen las bases para comprender la historia de las transformaciones sociales. Éste es el principio (el de la satisfacción de las necesidades humanas, lo económico), por el que se mueve la historia. Marx busca una conexión racional de los hechos en el nivel real de necesidades humanas, que incluye a la razón, pero sin limitarse a ella.
Se trata de detectar el factor económico presente en toda actividad humana, el cual es la base de la historia. Esto constituye lo que más se llama materialismo histórico, entendido como explicación de las estructuras sociales y de las leyes que rigen sus cambios históricamente constatables.
Marx aplica este principio a la sociedad capitalista de su época, pero lo considera también válido para el análisis de cualquier tipo de sociedad.

EL POSITIVISMO

Consiste en no admitir como validos científicamente otros conocimientos, sino los que proceden de la experiencia, rechazando, por tanto, toda noción a priori y todo concepto universal y absoluto. El hecho es la única realidad científica, y la experiencia y la inducción, los métodos exclusivos de la ciencia.
Evolución.
El término positivismo fue utilizado por primera vez por el filósofo y matemático francés del siglo XIX Auguste Comte, pero algunos de los conceptos positivistas se remontan al filósofo británico David Hume, al filósofo francés Saint-Simon, y al filósofo alemán Emmanuel Kant.



Comte eligió la palabra positivismo sobre la base de que señalaba la realidad y tendencia constructiva que él reclamó para el aspecto teórico de la doctrina. En general, se interesó por la reorganización de la vida social para el bien de la humanidad a través del conocimiento científico, y por esta vía, del control de las fuerzas naturales. Los dos componentes principales del positivismo, la filosofía y el Gobierno (o programa de conducta individual y social), fueron más tarde unificados por Comte en un todo bajo la concepción de una religión, en la cual la humanidad era el objeto de culto. Numerosos discípulos de Comte rechazaron, no obstante, aceptar este desarrollo religioso de su pensamiento, porque parecía contradecir la filosofía positivista original. Muchas de las doctrinas de Comte fueron más tarde adaptadas y desarrolladas por los filósofos sociales británicos John Stuart Mill y Herbert Spencer así como por el filósofo y físico austriaco Ernest Mach.

Augusto Comte (1798-1857)

Filósofo positivista francés, y uno de los pioneros de la sociología. Nació en Montpellier el 19 de enero de 1798. Desde muy temprana edad rechazó el catolicismo tradicional y también las doctrinas monárquicas. Logró ingresar en la Escuela Politécnica de París desde 1814 hasta 1816, pero fue expulsado por haber participado en una revuelta estudiantil.
Afirmaba que del estudio empírico del proceso histórico, en especial de la progresión de diversas ciencias interrelacionadas, se desprendía una ley que denominó de los tres estadios y que rige el desarrollo de la humanidad. Analizó estos estadios en su voluminosa obra Curso de filosofía positiva (6 vols., 1830-1842). Dada la naturaleza de la mente humana, decía, cada una de las ciencias o ramas del saber debe pasar por "tres estadios teoréticos diferentes: el teológico o estadio ficticio; el metafísico o estadio abstracto; y por último, el científico o positivo". En el estadio teológico los acontecimientos se explican de un modo muy elemental apelando a la voluntad de los dioses o de un dios. En el estadio metafísico los fenómenos se explican invocando categorías filosóficas abstractas. El último estadio de esta evolución, el científico o positivo, se empeña en explicar todos los hechos mediante la aclaración material de las causas. Toda la atención debe centrarse en averiguar cómo se producen los fenómenos con la intención de llegar a generalizaciones sujetas a su vez a verificaciones observacionales y comprobables.

La Ley de los tres Estadios.
Según Comte, los conocimientos pasan por tres estadios teóricos distintos, tanto en el individuo como en la especie humana. La ley de los tres estadios, fundamento de la filosofía positiva, es, a la vez, una teoría del conocimiento y una filosofía de la historia. Estos tres estados se llaman:

Estadio Teológico:
Es ficticio, provisional y preparatorio. En él, la mente busca las causas y los principios de las cosas, lo más profundo, lejano e inasequible. Hay en él tres fases distintas:
Fetichismo: en que se personifican las cosas y se les atribuye un poder mágico o divino.
Politeísmo: en que la animación es retirada de las cosas materiales para trasladarla a una serie de divinidades, cada una de las cuales presenta un grupo de poderes: las aguas, los ríos, los bosques, etc.
Monoteísmo: la fase superior, en que todos esos poderes divinos quedan reunidos y concentrados en uno llamado Dios.
En este estado, predomina la imaginación, y corresponde a la infancia de la humanidad. Es también, la disposición primaria de la mente, en la que se vuelve a caer en todas las épocas, y solo una lenta evolución puede hacer que el espíritu humano de aparte de esta concepción para pasar a otra. El papel histórico del estado teológico es irremplazable.
Estadio Metafísico:
O estado abstracto, es esencialmente crítico, y de transición, Es una etapa intermedia entre el estado teológico y el positivo. En el se siguen buscando los conocimientos absolutos. La metafísica intenta explicar la naturaleza de los seres, su esencia, sus causas. Pero para ello no recurren a agentes sobrenaturales, sino a entidades abstractas que le confieren su nombre de ontología. Las ideas de principio, causa, sustancia, esencia, designan algo distinto de las cosas, si bien inherente a ellas, más próximo a ellas; la mente que se lanzaba tras lo lejano, se va acercando paso a paso a las cosas, y así como en el estado anterior que los poderes se resumían en el concepto de Dios, aquí es la naturaleza, la gran entidad general que lo sustituye; pero esta unidad es más débil, tanto mental como socialmente, y el carácter del estado metafísico, es sobre todo crítico y negativo, de preparación del paso al estado positivo; una especie de crisis de pubertad en el espíritu humano, antes de llegar a la adultez.

Estadio Positivo:
Es real, es definitivo. En él la imaginación queda subordinada a la observación. La mente humana se atiene a las cosas. El positivismo busca sólo hechos y sus leyes. No causas ni principios de las esencias o sustancias. Todo esto es inaccesible. El positivismo se atiene a lo positivo, a lo que está puesto o dado: es la filosofía del dato. La mente, en un largo retroceso, se detiene a al fin ante las cosas. Renuncia a lo que es vano intentar conocer, y busca sólo las leyes de los fenómenos.
FENOMENOLOGIA

La fenomenología se ocupa de la conciencia con todas las formas de vivencias, actos y correlatos de los mismos, es una ciencia de esencias que pretende llegar sólo a conocimientos esenciales y no fijar, en absoluto, hechos. Es una meditación lógica que pretende superar las propias incertidumbres de la lógica, orientándose hacia y con un lenguaje o logos que excluya la incertidumbre. La fenomenología ha reflexionado ha sido una meditación sobre el conocimiento, un conocimiento del conocimiento; y su célebre "poner entre paréntesis" consiste en primer lugar en dejar atrás una cultura, una historia, en retomar todo saber remontándose a un no saber radical.

El término significa el estudio de los “fenómenos”, es decir de lo que aparece en la conciencia, lo dado; se trata de explorar precisamente eso que es dado, la cosa misma en que se piensa, de la que se habla, en síntesis, de la constitución de la conciencia. Se trata de recuperar al sujeto racional que está detrás de todo hecho y que directamente se pone como razón, pero ésta no se deriva de nada, es absoluta, des-ligada, no depende de hechos. Tampoco la vida subjetiva con sus modos de experiencia puede ser derivada de los hechos del mundo, sino al revés, éstos toman su sentido en aquélla. La fenomenología no parece tratar de la realidad sino de la representación de la realidad, así parece ser desde el momento en que la propia fenomenología exige prescindir de la realidad, de la naturaleza, del mundo objetivo. La fenomenología devela el estilo fundamental, o esencia, de la conciencia del dato inmediato anterior a toda tematización científica, que es la intencionalidad. En lugar de la tradicional conciencia que ingiere o digiere el mundo exterior, la fenomenología revela una conciencia que no es nada, salvo una relación con el mundo.


Edmund Husserl (1859-1938)

Como fundador de la escuela fenomenológica, se dio a la tarea de describir el método fenomenológico, previa depuración del psicologismo. Él inauguró la aprehensión de la “cosa misma”, más acá de toda predicación, en un combate con el lenguaje, contra sí mismo para alcanzar lo originario. La concepción del hombre, para Husserl, consiste en la restauración del sujeto racional que no esté anclado en los hechos, como la psicología, sino en la razón; trata de revelar que el hombre no es un hecho mundano, sino el lugar de la razón y de la verdad, de la subjetividad trascendental. El problema del psicologismo consiste en que se ve al hombre sólo como parte del mundo, como un hecho en el mundo, pero si sólo somos hechos en el mundo, entonces difícilmente podremos concebirnos como sujetos del mismo, puesto que la razón no está causada por las circunstancias mundanas: la razón es lo que es por sí misma. “La fenomenología de Husserl pretende reconstruir un sujeto racional que sea a la vez sujeto del mundo y objeto en el mundo.”



Tomando en cuenta que el mundo, la realidad, no es sino el conjunto de mis experiencias reales y posibles, la vida subjetiva no se deriva entonces de los hechos del mundo, sino al contrario. En la percepción de una cosa lleva a la conciencia de ésta, y luego a la vivencia: “La conciencia humana es intencional, es decir produce actos cuya característica es el no quedarse en sí mismos sino ir más allá, por lo que la conciencia intencional es en sus actos conciencia-de”, lo que permite que se represente mediante la actitud natural y la actitud fenomenológica; la primera es la que se mantiene en la vida ordinaria, la objetiva; y la segunda es en la que se interrumpe para fijarse en la experiencia de las cosas en un tiempo subjetivo. La fenomenología propone que se pase de la actitud natural a la actitud fenomenológica describiendo los fenómenos de la conciencia, sus intencionalidades, y para conseguir y garantizar que así sea tienen que darse dos operaciones simultáneas: la epojé y la reducción eidética. La epojé es poner entre paréntesis algo del mundo ordinario, lo suspende para entonces volver a los actos, a las cosas mismas a fin de alcanzar el residuo fenomenológico de la conciencia trascendental, o bien la esencia, o descubrir un nuevo reino de la experiencia, o crear una nueva. La reducción se refiere a reducir, re(con)ducir la realidad como tal a la representación de la misma en el sujeto, para hacer de ella una experiencia de la realidad, que es lo que constituye a la conciencia. Reducir es en el fondo transformar todo lo dado en algo que se nos enfrenta, en fenómeno, y revelar así los caracteres esenciales del yo.

EXISTENCIALISMO
El existencialismo moderno surgió en una Europa desgarrada por la luchas entre intereses encontrados, donde el hombre se sentía amenazado en su individualidad, en su realidad concreta. de ahí su énfasis en la fundamental soledad del individuo, en la imposibilidad de encontrar la verdad por medio de una decisión intelectual, y en el carácter irremediablemente personal y subjetivo de la vida humana.

Se denomina existencialismo a una serie de doctrinas filosóficas que, aunque suelen diferir radicalmente en muchos puntos, coinciden en considerar que es la existencia del ser humano, el ser libre, la que define su esencia, en lugar de ser su esencia humana la que determina su existencia.

El existencialismo en la filosofía. Aun constituyendo una corriente del pensamiento moderno, es posible rastrear una sensibilidad existencialista a lo largo de toda la historia de la filosofía. Así sucede, por ejemplo, con el imperativo socrático "conócete a ti mismo"; con la angustiada imprecación de Pascal, cuando situaba al hombre entre el ser y la nada; o con la defensa de la irreductibilidad de la existencia a la razón, que formulara el idealista alemán F. W. J. Schelling.
Contra el concepto de ineluctable necesidad de G. W. F. Hegel -la libertad es la conciencia de la necesidad, afirmaría este filósofo-, el danés Soren Kierkegaard, profundamente religioso y considerado como el padre del existencialismo, opuso la interpretación de la existencia en términos de las formas de existencialismo, la proyección del futuro sobre la base de las posibilidades que constituyen. Para algunos pensadores de este movimiento -los alemanes Martin Heidegger y Karl Jaspers, por ejemplo-, las posibilidades existenciales, en tanto que tienen su anclaje en el pasado, de modo que sólo lo que ya ha sido elegido puede ser elegido. Para otros, como el francés Jean-Paul Sartre, las posibilidades que se ofrecen a la elección existencial son infinitas y equivalentes, y, por tanto, la elección entre ellas resulta indiferente.
Rasgos fundamentales del existencialismo. Si bien no es posible dar una definición precisa del existencialismo .pues no existe un existencialismo único-. sí pueden presentarse una serie de rasgos que ayuden a describir el talante y el espíritu de ese movimiento filosófico.
El existencialismo introduce la vivencia personal en la reflexión filosófica. Frente a la tradición de que el filósofo debe establecer cierta distancia entre él mismo como sujeto pensante y el objeto que considera, el existencialista se sumerge apasionadamente en lo que contempla, hasta el punto de que su filosofía puede llegar a ser fundamentalmente una filosofía autobiográfica (Kierkegaard).

Los temas sobre los que reflexiona el existencialista se mueven alrededor del hombre y de la realidad humana (hombre, libertad, realidad individual, existencia cotidiana). Heidegger es el filósofo que parece más alejado de esta perspectiva, que para él el problema fundamental de la filosofía es el ontológico, es decir, el problema del ser, y, por tanto, el problema del hombre queda subordinado a aquel problema. Sin embargo, el ser-ahí, el ente que es el hombre, se sitúa en un lugar preferente en toda pregunta sobre el ser.

El hombre no es para los existencialistas un mero objeto. El hombre es un sujeto-en-el-mundo y abierto al mundo. En términos sartrianos, el hombre se crea a sí mismo.
La libertad es otro de los temas básicos para los existencialistas. No se trata en ellos, sin embargo, de la libertad académica, de la libertad como presupuesto del acto moral, sino de la libertad que hace posible la elección y, por tanto, la realización del individuo. El existencialismo significó, en la Europa oprimida por el nazismo y las dictaduras totalitarias, la reafirmación de la libertad política y cultural del individuo. El existencialismo tiene a su favor la positiva significación histórica de haber planteado una dura batalla a la dictadura de la razón formalizada que denunciara el pensador alemán Max Weber.

La muerte, insoslayable, es también objeto de atención para los existencialistas. El hombre vive para morir; cada cual muere solo. Para Heidegger, la muerte es la última posibilidad del hombre; para Sartre, el fin de todas las posibilidades; para todos los existencialistas, la suprema realidad trascendente. El ser-para-la-muerte es el verdadero destino y objetivo de la existencia humana.

EL NEOPOSITIVISMO

Corriente del pensamiento desarrollada por los filósofos del llamado Círculo de Viena en la década de los años veinte y treinta del siglo XX. Sus miembros, partidarios de un empirismo cientificista, investigaron principalmente en el ámbito de la filosofía del lenguaje, rechazaron todo tipo de saber metafísico y utilizaron el análisis lógico como instrumento para conocer la realidad. Dicho movimiento, que recibe también los nombres de positivismo lógico y empirismo lógico surgió a partir de la teorías de Ludwig Wittgenstein y Bertrand Russell. Algunos de sus más destacados representantes fueron Moritz Schlick, Rudolph Carnap y Otto Neurath. Se creó un grupo de discusión en torno a problemas epistemológicos y cuya pretensión era seguir el camino abierto por el positivismo en muchos de cuyos puntos fundamentales estaban de acuerdo: la defensa del empirismo, el rechazo rotundo de la metafísica y una orientación unificadora de la ciencia en sus lenguajes y en sus métodos.


Wittgenstein


Russell

Los principios fundamentales de neopositivismo lógico son: el empirismo y el positivismo, la metodología de las ciencias empíricas, la lógica matemática y el eudemonismo y la sociología positivista.
Uno de los elementos fundamentales que desarrollan los neopositivistas es el criterio de demarcación de los conocimientos científicos. De forma que se pueda determinar que proposiciones pueden ser consideradas como científicas y cuales no. El criterio empirista de demarcación dice que una proposición sintética sólo tiene significado cognoscitivo si puede ser verificada por medio de la experiencia. Sólo este tipo de proposiciones facilitan alguna información sobre el mundo, y sólo ellas poseen validez para la ciencia. Pueden existir proposiciones que no puedan ser verificadas, no serán científicas, aunque pueden tener un uso, por ejemplo, de tipo emotivo.
Como características del grupo se podría destacar su posición antimetafísica, su análisis del lenguaje, el recurso a la lógica y su defensa de los métodos de las ciencias naturales y de las matemáticas. Las raíces de estas posiciones se encuentran fundamentalmente en el empirismo de Hume y Locke, el positivismo de Comte y el empirocriticismo de Mach, que basan toda fuente de conocimiento en la experiencia. Esto significa que rechazaban todo tipo de conocimiento apriorístico (anterior a la experiencia) y cualquier proposición que no pudiera ser confrontada por la experiencia.
Las teorías empírico-analíticas también suelen ser llamadas "teorías deductivo-empíricas" o "empírico-general-inductivas". Se basan en distintas variedades de la lógica científica neo-positivista.

El EMPIRISMO

(Hume) considera que la única fuente del conocimiento es la experiencia. Recusa todo innatismo: el hombre sólo elabora un conocimiento después de haber estado en contacto con la realidad sensible, y lo hace con elementos que ella le aporta.
El EMPÍRICO-CRITICISMO (Avenarius) fundamenta en la crítica sistemática de la experiencia pura la posibilidad de eliminar los planteamientos de tipo metafísico y los apriori del conocimiento, para lograr una representación neutral del mundo.



EMPIRISMO CIENTÍFICO es ante todo el nombre de una característica metodológica propia de todas las corrientes científicas derivadas o afines al positivismo lógico, que se proponen la unificación de la ciencia. Este enfoque se centra en el concepto de VERIFICABILIDAD, básico para la aceptación de una proposición en cualquier campo del saber. Recordemos que el principio de verificabilidad consiste en "saber qué observaciones conducirían bajo ciertas condiciones a aceptar una proposición como verdadera o rechazarla como falsa".